¡Qué horror! Pensé al leer un artículo en El Times (léase El Tiempo) según el cual nuestro país quedó clasificado en la posición número 53, de una prueba de educación realizada sobre 57 países. Pero, haciendo a un lado lo desastroso del resultado, que obviamente debe poner a ministra de educación, secretarios de ídem y profesores a refelxionar un tanto sobre la labor que realizan; lo que más me sorprendió fue la explicación o análisis hecho por la portavoz del exámen sobre el caso colombiano.
Esta mujer, que trabaja con PISA (así se llama el exámen) dijo que a pesar de nuestros resultados hay que destacar que no estamos lejos de Brasil (puesto 52) o Argentina (puesto 51), en pocas palabras, no hay nada de qué preocuparse mientras haya otros igual de mediocres que nosotros. Hay que ver es si el análisis fue de la funcionaria o del redactor del periódico El Tiempo el hecho es que resulta bastante conformista.
Más no contentos con eso, sale en el mismo artículo un ex director del ICFES, Daniel Bogoya, quien le suma un poco más al caldo de cultivo de la mediocridad diciendo la siguiente perla: "hay que tener en cuenta que si hubiera participado Haití o República Dominicana, muy seguramente esos países estarían detrás de nosotros". Como quien dice, como estamos estamos bien, para qué nos preocupamos, que el subdesarrollo siga su camino. ¡Qué tristeza! Y se supone que se trata de un hombre que en el pasado tenía como objetivo evaluar y buscar mejorar la calidad de la educación en Colombia. Ahora el mismo que evaluaba acepta y defiende la mediocridad. ¿No será que con mejores conocimientos, los jóvenes tendrán más herramientas para hacer frente al futuro?
Tal vez para el señor Bogoya sea mejor dejar que las cosas sigan su curso natural y en lugar de científicos tengamos más hijos de la "generación MTV", como lo dice y lo repite hasta el cansancio este señor.
mardi 4 décembre 2007
DESDE QUE SE INVENTARON LAS DISCULPAS...
Un texto con la firma Juan Pablo Calvas hecho a las 06:34
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2 commentaires:
Oiga si ... pensé lo mismo cuando leí el artículo, no se por qué no se me ocurrió escribir sobre el tema.
Sí, Patton, en realidad es como patético que en lugar de proponer soluciones sobre las deficiencias educativas se busque justificarlas.
Creo que es como un síndrome de administradores que no buscan mejorar sino dejar las cosas así, porque: par qué complicarse?!
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